Crítica cinéfila – El francotirador

Contra todo pronóstico, El francotirador ha sido uno de los grandes eventos cinematográficos de la temporada. Además de sus 6 nominaciones en los Oscar, entre ellos mejor película y mejor actor, hay que sumarle que es la película bélica más taquillera de la historia y la película más taquillera de toda la filmografía de Clint Eastwood. Sin duda, toda la polémica que ha rodeado el film desde antes de su estreno ha sido uno de los principales causantes del éxito.

Mucha gente ha criticado a El francotirador de glorificar la figura de un soldado, y la verdad, no puedo estar en más desacuerdo. La película nos narra como Chris Kyle, el marine con más muertes atribuidas en la historia reciente de Estados Unidos, como ha llegado al ejército, que le hace estar convencido de que lo que hace está bien y como le afecta la guerra en su vida personal. ¿Qué da la sensación de haber un exceso de patriotismo? Evidente, el protagonista es un patriota de los pies a la cabeza. Se ha visto en muchas otras películas bélicas no dirigidas por Clint Eastwood y no he oído a nadie quejarse.

Vemos como ha sido su educación, que le hace ser tan temible, que le hace estar tan convencido de que hace lo correcto y que le hace volver varias veces a la guerra. Todo ello visto de una manera tal vez muy repetitiva una vez llegados al ecuador del film (va a la guerra-vuelve a casa-va a la guerra-vuelve a casa), pero que sin duda ayuda sobremanera a la sensación de realismo.

Como ya he dicho antes, la película está dirigida por Clint Eastwood, un director que está muy lejos de hacer cine de autor, pero que sin duda es muy eficaz a la hora de mostrar un gran espectáculo, lo que se traduce a un buen apartado técnico y logra darle la emotividad necesaria a cada escena. Cierta escena en una tormenta de arena es el mejor ejemplo.

Los dos grandes protagonistas de la cinta son Sienna Miller (que no lo hace nada mal) y Bradley Cooper, el cual ha recibido su tercera nominación al Oscar consecutiva gracias a esta película, y debo decir que por fin ha sido merecidamente. Sabe ser un tipo duro cuando debe serlo, sabe mostrarse frágil cuando debe estarlo y expresa a la perfección los efectos de los horrores de la guerra en un hombre cuerdo.

Y ahora llega la pregunta del millón, ¿es una buena película? Cuando se trata de directores de la talla de Clint Eastwood, se tiende a polarizar; o es una nueva obra maestra o es una decepción. Aunque me cueste, quiero alejarme de ese tipo de calificaciones, ya que la forma correcta de valorar una película de un cineasta con tantos años de carrera es hacerlo de manera individual, y mi veredicto es el siguiente: tiene un nivel técnico notable y la actuación protagónica roza la excelencia, aunque adolece de cierta falta de ritmo y se vuelve repetitiva en ciertos momentos. ¿Qué no llega al nivel de otras películas de Clint Eastwood? Puede, pero no veo justo castigarle solo porque no haya rodado otra obra maestra.

Nota: 7/10